El 13 de junio de 1931 Santiago Rusiñol falleció en una habitación de la Fonda del Comercio, las Cuatro Esquinas, donde hoy aparece una placa conmemorativa.
Las inolvidables palabras de despedida de Josep Pla no pueden superarse. La tarde de Aranjuez quedaba perfectamente descrita.
“La luz, fortísima, se filtraba por las persianas cerradas y creaba en la habitación un resplandor amarillento, flotante. (…) Del pueblo llegaba un silencio de sol, total. Por la calle no pasaba un alma. (…)
La tarde pasó lentamente y comenzó el enorme crepúsculo castellano. Abrimos un poco el balcón y mantuvimos cerradas las persianas. La luz fue cambiando dentro de una tonalidad blanco-amarillo-verde, no tan pesada. Volví a mirar la habitación (…) En un rincón había unos lienzos y una caja de pinturas, vieja, desvencijada”.
Pla terminó la biografía:
“Rusiñol, a pesar de haber sido muy solicitado, no quiso tener un monumento en vida. Pero, muerto, le erigieron monumentos y bustos y su nombre fue escrito en piedras, mármoles y bronces”.
Fuentes:
Josep Pla. Santiago Rusiñol y su época. ed. Castellana 1989.
Archivo Municipal de Aranjuez. 1925. Acuerdo de Ayuntamiento Pleno para dar el nombre de Santiago Rusiñol a la explanada a la entrada de Aranjuez.
Santiago Rusiñol. Jardín de la Isla