El Motín de Aranjuez era el inicio de una esperanza. La noche del 18 al 19 de marzo de 1808 se daba el primer paso para la llegada al trono de Fernando VII. Una posible nueva era dio comienzo en Aranjuez, con la Junta Suprema aquí reunida. De estos pasos que coincidían con el desarrollo de la Guerra de la Independencia salió la Constitución de 1812, promulgada en Cádiz un día de San José, también 19 de marzo, la Pepa. La fecha no era casual. Se eligió ese día para perpetuar la memoria del Motín.
Al finalizar la Guerra, el 19 de marzo tenía todas las papeletas para convertirse en la gran fiesta de la nación. Pero Fernando VII borró las ilusiones. Derogó la Carta Magna de Cádiz.
Cuando subió Isabel II al trono hubo de desechar aquella conmemoración que traía el recuerdo del fiasco del Motín. Y el 19 de marzo, que habría podido ser nuestra Toma de la Bastilla fue sustituido por una fecha más acorde a la realidad, la del auténtico levantamiento popular del Dos de Mayo en Madrid, al que acudieron algunos ribereños.
Quedó así oficializada la fecha de inicio de la Guerra de la Independencia; Alfonso XIII festejó del mismo modo su centenario. Y desde entonces hasta hoy, aunque sólo lo celebremos los madrileños.
Imagen: Huertas. «El dos de mayo en Madrid en la calle de Cuchilleros». Blanco y Negro, 2 de mayo de 1908.